El estilo del Tap Dance nació en los Estados Unidos durante el siglo XIX –a su vez proveniente de Inglaterra, Irlanda y Escocia- y hoy se ha hecho sumamente popular. El nombre de esta disciplina proviene del sonido que las chapitas metálicas en los zapatos del bailarín producen al tocar el suelo. Es un estilo sumamente rítmico, vívido y convierte al que lo realiza no sólo en un bailarín sino también en un percusionista.
Las clases son sumamente entretenidas ya que con algunos pasos básicos se puede comenzar a transitar una coreografía.